Antas se encuentra a 91 km de la capital de la provincia y está a 108 metros sobre el nivel del mar, en pleno
Levante Almeriense. Sus fértiles tierras, gracias a su localización en la cuenca del río Aguas, han favorecido el desarrollo de este municipio.
Te presentamos nuestras cinco razones para visitar a Antas.
Iglesia Parroquial
La Iglesia Parroquial de Antas fue construida en el siglo XVI. Se trata de un templo con una estructura sencilla, sin una gran ornamentación exterior, donde destaca principalmente la torre del templo.
Acueducto de El Real
Esta estructura de casi 300 metros fue construida en el año 1902 para conducir el agua hasta los cultivos de la zona.
Este acueducto fue toda una innovación para la época, siendo ejemplo de la arquitectura industrial innovadora.
El Argar y La Gerundia
En estos dos importantes yacimientos arqueológicos se han realizado multitud de descubrimientos de diferentes épocas de la historia. Se encuentra situados en un cerro cercano al río Antas, separados únicamente por una pequeña vaguada.
Se han encontrado muestras arqueológicas del final del neolítico, hacia el calcolítico, así como de la Edad de Bronce.
Son considerados como unos de los yacimientos arqueológicos más importantes de esta zona de la península Ibérica.
Fiestas y eventos
Las fiestas más reconocidas de Antas son las celebradas en honor a San Roque, el 15 y 16 de agosto. La Virgen de la Cabeza se celebra a principios de septiembre con misas, verbenas y bailes populares en una romería al Cabezo María.
También cabe destacar la celebración, en febrero, del Mercado Medieval de Antas, donde se llevan a cabo gran cantidad de actividades tales como espectáculos de cetrería, desfiles y talleres.
Gastronomía
La gastronomía en Antas es bastante variada y suculenta, como en el resto de municipios de la provincia de Almería. Si estás de visita en Antas no puedes dejar de probar el trigo y los gurullos (una masa de harina, agua y sal a la que se le da una forma similar a los granos de arroz, aunque más grandes). En Antas hay mucha tradición de comer los gurullos con perdiz o con conejo.