El Paraje Natural de Punta Entinas-Sabinar, que incluye la reserva natural con el mismo nombre, se encuentra ubicado entre las poblaciones de
Roquetas de Mar y
El Ejido.
Dentro de este particular ecosistema subárido, podemos encontrar cuatro ambientes muy diferentes entre sí: dunas cerca de litoral mediterráneo, playas arenosas, salinas y pequeñas charcas, ideales para el descanso de aves acuáticas autóctonas y otras más que llegan en medio de su acostumbrado recorrido de migración.
Punta Entinas-Sabinar fue declarado como Paraje Natural y Reserva Natural en julio de 1989, gracias al visto bueno del Parlamento de Andalucía, con la intención de dar a este magnífico lugar la distinción que hasta hoy merece.
No obstante, ha sido merecedor de otras figuras de protección, como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y ya se ha empiezado a integrar en el Convenio de Ramsar, creado en 1971, para destacar humedales internacionales que fungen como hábitat de un sinfín de aves acuáticas.
Además, tras su declaratoria de uso público, este magnífico lugar ha sido visitado por cientos de turistas todos los años, empeñados a deleitarse con la variedad de sus espacios naturales, disfrutar momentos de esparcimiento únicos y observar las maravillas relacionadas a la flora y fauna.
Es importante destacar que el clima puede llegar a una media anual de 18 grados centígrados; y las precipitaciones anuales están entre 200 y 250 milímetros.
Flora y fauna
Al igual que los escenarios naturales, la flora y la fauna varían, ofreciendo un toque majestuoso.
Respecto a la vegetación, predominan las sabinas suaves, de las cuales, según expertos, surge el nombre del paraje. También podemos encontrar gran cantidad de lentiscos.
Las quenopodioideas también son comunes, pero lo son más aún las cambroneras, los juncos espinosos, las cañas comunes, la margarita de mar, la lavanda de mar, la bufolaga marina, los azufaifos, los pegamoscas, el carrizo y la oruga marítima.
También existen otras plantas denominadas parásitas como el jopo de lobo y otras alóctonas como el árbol de tabaco, el cual proviene de Sudamérica.
En el fondo del mar también existen maravillas en cuanto a la flora, como las
praderas de Posidonia Oceánica, encontrándose en esta zona la colonia más occidental del mar Mediterráneo.
La presencia constante de gaviotas es predominante en este paraje, al igual que otras aves como el flamenco, las cuales se alimentan de las plantas que crecen en las charcas.
La focha común, considerada como un ave en peligro de extinción, también ha escogido este lugar como parte de su hábitat. También veremos al ánade real, al correlimos común y a la malvasía cabeciblanca, entre otras muchas aves.
Merece la pena también nombrar a la gallineta común, el porrón europeo, la garceta común, la garza real y la cigüeñuela común.
El recorrido
Si tu decisión es recorrer el paraje a pie, sobre todo si es en verano, recuerda que aunque estés caminando cerca de la playa hace mucho calor, por lo que debes ir preparado.
El camino, por lo general, carece de dificultades. El recorrido posee algunos cruces por lo que te recomendamos ir con GPS o tener una buena orientación.
Durante el verano es recomendable iniciar el recorrido al amanecer, el cual se inicia desde el final del paseo marítimo, donde comienza el paraje.
Durante el mismo, podrás encontrar todo tipo de escenarios: charcas, dunas y el mar, donde podrás refrescarte para continuar tu recorrido.