El Cabo de Gata constituye una pequeña parte emergida de una extensa cadena volcánica, de entre 6 y 15 millones de años de edad de antiguedad, situada entre España y el Norte de África y que en la actualidad aparece sumergida casi en su totalidad, aflorando únicamente en el Cabo de Gata y en la isla de Alborán.
Una de las principales características de dicha cadena volcánica es que su formación tuvo lugar debido a procesos submarinos de emisiones de magma, cuando la costa terminaba en la actual Sierra Alhamilla.
La línea de costa se situaba entonces próxima a la Sierra de Filabres, y el mar invadía las actuales depresiones de Vera, Tabernas, Sorbas, Níjar y Almería.
Esta peculiar configuración geológica ha posibilitado la formación de uno de los complejos volcánicos fósiles más singulares de Europa. Un paisaje geológico de formas caprichosas con un particular colorido, en el que predominan los tonos rojos, ocres y negros, y que muestra un extenso abanico de rocas volcánicas con diferentes tipos de composición, texturas y estructuras. Domos, coladas volcánicas, chimeneas, calderas y rocas piroclásticas se encuentran en todo su esplendor en el Cabo de Gata.
Cabe destacar los siguientes ejemplos de vulcanismo que podemos encontrar en el Cabo de Gata:
- Cráteres volcánicos: el mejor ejemplo es el actual Valle de Rodalquilar.
- Dunas oolíticas fósiles: los mejores ejemplos son la playa de Los Escullos, la playa de Genoveses y el Playazo de Rodalquilar.
- Lenguas de lava fosilizadas: el mejor ejemplo es la cala de Mónsul.
- Domos volcánicos: el mejor ejemplo es Mesa Roldán.
- Chimeneas volcánicas: los más hermosos ejemplos los encontramos en el Arrecife de las Sirenas.
Para saber más sobre el origen volcánico del Cabo de Gata se pueden visitar la Casa de los volcanes en Rodalquilar, o el Centro de Visitantes de Las Amoladeras.
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