La flora terrestre del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar está formada por plantas totalmente adaptadas a terrenos áridos, con una gran escasez de agua y vegetación.
En el Cabo de Gata, dadas sus peculiares condiciones climáticas y edafológicas, con suelos volcánicos de escasa fijación, nos encontramos con una débil vegetación capaz de aprovechar la pluviosidad (climatófila) y una vegetación edáfica (que no depende de la lluvia, adaptándose al suelo o a las precipitaciones ocultas para sobrevivir ) de gran variedad y riqueza.
Las plantas endémicas representan el 40 por ciento del millar de especies vegetales. Seis de ellas son exclusivas de este Parque Natural: Dragoncillo del Cabo de Gata (Antirrhinum charidemi), Clavellina del Cabo de Gata (Dianthus charidemi), Zamarrilla del Cabo de Gata (Teucrium charidemi), Gordolobo del Cabo de Gata (Verbascum charidemi), Aulaga morisca (Ulex canescens) y Azafrán del Cabo de Gata (Androcymbium europaeum).
Cerca de la Ermita de Torregarcía se pueden encontrar formaciones de espinares denominados Azufaifos (Ziziphus lotus), una extraordinaria planta exclusiva de Almería y que no se puede encontrar en ninguna otra zona de Europa.
También destacan los bosquetes de palmito (Chamaerops humilis), símbolo del Parque Natural y única palmera autóctona del continente europeo.
El esparto, el romero, la albaida y el tomillo suelen ocupar los huecos que dejan los palmitos en los bosquetes. No faltan los tarajes, las adelfas y algunos acebuches y lentiscos.
Otras especies son el cornical (Periploca laevigata), ejemplo de vegetación ibero norteafricana, y el chumberillo de lobo (Caralluma europea), única planta europea que imita a los cactus para poder sobrevivir en este tipo de medios tan áridos.
En contraste con la aridez de la zona, los humedales albergan una alta riqueza botánica: carrizos, salicornias y almajos. En las dunas y arenales, las plantas colonizadoras son las que dominan el paisaje: margarita de mar, siempreviva, algodonosa y barrón.