Tan solo el camino para acceder a la ermita, ya ofrece un verdadero paisaje. Se trata de escalinatas de piedra, en un camino empinado que termina en lo más alto del cerro. Allí, se encuentra la ermita y el mirador de Castro de Filabres.
El mirador ofrece una completa vista del municipio, adornador por el verde que lo rodea, gracias a su ubicación privilegiada en plena
Sierra de los Filabres. El lugar está acomodado con banquetas hechas con troncos de madera, sitios para comer o tomar algo y muchos árboles que ofrecen buena sombra, inclusive en el verano.