Águila

Sierra Cabrera


Sierra Cabrera es un conjunto paisajístico de extravagante variedad natural, la cual se caracteriza por tener un perfil irregular lleno de crestas causadas por su reciente formación geológica. En la misma se destacan sus diversos paisajes, que van desde profundas ramblas a oasis de vegetación propios de lugares más lejanos.

Uno se puede adentrar en Sierra Cabrera recorriendo las cortijadas que dan acceso a ella, las cuales son de gran belleza como La Carrasca, La Adelfa, Los Moralicos, El Dondo, Aljuezar, Jacís, Alcandía, Teresa, Cova Negra, Mofar y algunas más. Es preciso resaltar que la mayoría de ellas se encuentran despobladas y abandonadas, manteniendo sólo Agua Enmedio y Sopalmo una cierta población gracias a su proximidad a la costa, y Cortijo Cabrera y Cortijo Grande gracias al turismo residencial.
 
Sierra Cabrera (Almería)
 
En cuanto al relieve se caracteriza por ser volcánico, con numerosas cuevas y grutas, así como diversos manantiales en su vertiente norte. Además, sus máximas altitudes se aproximan a los 1.000 metros, como los picos Mezquita (962 metros) y Arráez (919 metros), por lo que recibe nevadas ocasionales.

Su clima es mediterráneo subdesértico al poseer grandes altitudes, constituyendo la Sierra de mayor altitud y más cercana a la costa del litoral oriental de la provincia, al mismo tiempo, está marcada por precipitaciones que unidas a la influencia de la humedad marina en el conjunto serrano, hacen de esta sierra litoral una isla verde.
 
Sierra Cabrera posee una amplia variedad de flora siendo integrada por especies endémicas tales como cambrones, palmito, lentisco, acebuche, retamas, espartos, tomillos, cerrillas y otros. Su fauna se encuentra integrada por animales como el jabalí, la tortuga mora (especie protegida), las lagartijas, el zorro, la garduña y el águila azor perdicera.

Además de toda su diversidad natural se suman los aspectos culturales ligados al medio, tales como numerosos restos de construcciones, destacando las alquerías, casas de labranza, almazaras, hornos árabes de pan y cerámica y toda una serie de artilugios pensados para la extracción de agua como son los aljibes, molinos de agua, las balsas etc.

Sierra Cabrera estuvo hasta el siglo XVIII cubierta de bosques de alcornoques y encinas, pero desgraciadamente el hacha, el arado y los rebaños terminaron por hacerlos desaparecer. En la actualidad sólo quedan unos cuantos pies de alcornoque y pequeños rodales de encinas en las cumbres, los cuales tienen un incalculable valor natural y ecológico.