Pulpí tiene una superficie de 96 km² y una densidad de población de 94,32 hab/km². En el año 2017 contaba con 9.055 habitantes.
Es escasa la información que se maneja con respecto a los orígenes de este municipio. Los primeros pobladores de Pulpí se remontan a la era Neolítica, donde se registraron tres yacimientos en los márgenes de las Ramblas en los cuales se encontraron cerámicas de tipología argárica, cuchillos y percutores, entre otras cosas.
Del período romano, en la costa, aparecieron diversos materiales, por ejemplo, un dolio de arcilla rojiza fue hallado en la playa de Terreros (también se hallaron materiales de la época bizantina) y otro dolio de forma globular y base plana, cerca del vertedero de Pulpí.
En el paraje que se conoce como la Almazara de Benzal, donde aparentemente existió una ciudad romana importante, aparecieron restos de cerámica, lucernas de barro, herramientas de hierro y capachos de esparto, tal como también sucedió en las minas del Pilar de Jaravía.
Durante la época musulmana, Pulpí se convirtió en un lugar de paso obligatorio entre las ciudades de Vera y Lorca. Después de la conquista de la ciudad de Lorca, a mediados del siglo XIII, Pulpí pasó a ser “tierra de nadie” y frontera del reino cristiano de Murcia y del musulmán de Granada, hecho que condujo a que no hubiese moradores en esa zona durante mucho tiempo.
En 1488, tras la conquista de Vera, las tierras de Pulpí pasan a formar parte de su territorio, pero sin ser ocupadas pues sus costas fronterizas eran frecuentemente visitadas por los piratas berberiscos y la distancia que las separaba era tan larga que recorrer cinco leguas de camino era inviable.
Entre 1647 y 1652, el Concejo de Vera se reservó la propiedad de estas tierras, las cuales eran labradas por vecinos de Vera quienes realzaron la ocupación definitiva ya en el siglo XVIII, fechas en las cuales se registra la reactivación de la economía de la zona, gracias al comercio de la barrilla, plantas que fueron negociadas por mercaderes malteses y franceses y exportadas hacia mercados internacionales.
También, se comercializaba la sosa silvestre que se recolectaba en los años de 1730, y que suscitó múltiples conflictos entre los labradores y dueños de ganados, pues se resistían a perder sus ejidos y conducían sus ganados hacia los campos cultivados de barrilla y sosa.
En esas tierras, por sus características climáticas y geográficas, se cultivaba de igual modo el esparto que, desde finales del siglo XVIII, fueron abastecedoras de esta materia prima.
Ya entrado el siglo XIX, los habitantes de Pulpí solicitaron la independencia del municipio, consiguiéndola en 1836, aunque poco tiempo después, por falta de recursos económicos, se incorporaron nuevamente a la ciudad de Vera.
Después de descubrirse el filón argentífero de la Sierra Almagrera, en 1839, el aumento demográfico fue considerable, lo que llevó a los habitantes a solicitar nuevamente su independencia, la cual fue aceptada y confirmada por la Reina Isabel II.