Iglesia de la Anunciación (Serón - Almería)

Historia del Valle del Almanzora


El Valle del Almanzora es una comarca perteneciente a la provincia de Almería, la cual debe su nombre a que los 27 municipios que la integran se ubican en ambas veras del río Almanzora. Abarca una superficie de 1.406 km² caracterizados por la diversidad de culturas y civilizaciones que allí se han desarrollado, entre la Sierra de las Estancias y la Sierra de los Filabres.

A lo largo del valle se encuentra una amplia vegetación que lo convierte en un pulmón natural, donde se hallan almendros y naranjos, además de especies animales protegidas, como jabalí, zorro, tejón, gato montés y otros.

Los 27 municipios que la conforman son: Albanchez, Albox, Alcóntar, Arboleas, Armuña de Almanzora, Bacares, Bayarque, Cantoria, Chercos, Cóbdar, Fines, Laroya, Líjar, Lúcar, Macael, Olula del Río, Oria, Partaloa, Purchena, Serón, Sierro, Somontín, Suflí, Taberno, Tíjola, Urrácal y Zurgena.

El Valle del Almanzora limita al norte con la comarca de Los Vélez, al sur con Filabres-Tabernas, al este con el Levante Almeriense y al oeste con Baza, una localidad granadina.
 
Iglesia de San Ginés (Purchena - Almería)
 
Los primeros pobladores llegaron al Valle del Almanzora en la etapa prehistórica, concretamente en el Paleolítico, según los restos que se encuentran hoy día en la Cueva de los Tesoros; así como otros restos paleontológicos de eras posteriores, como el periodo fenicio, el cartaginés y el romano.

En esta región han convivido decenas de civilizaciones, por lo que se ha creado una rica cultura que se mantiene en la actualidad. Los diferentes pueblos ancestrales tuvieron un modo de vida que marcó aspectos elementales de lo que luego sería la comarca.
 
Destaca, por ejemplo, la época nazarí, a quien se le debe mucho con respecto al desarrollo de la arquitectura y las tradiciones culturales que aún se observan en los municipios. De este periodo se conserva un rico patrimonio arquitectónico, representado en construcciones y restos arqueológicos.

Cuando ocurrió la reconquista por parte de Los Reyes Católicos, se llevó a cabo un proceso de repoblación para sustituir a los musulmanes que dominaban el territorio por ciudadanos españoles. Esto obligó a que moriscos y cristianos llevaran una vida en común, lo que promovió valores de tolerancia y respeto.

Más tarde, en 1568, ocurrió la sublevación de los moriscos generando una cruel guerra civil que desencadenó en la expulsión definitiva de estos habitantes del territorio español en el año 1622. A pesar de esto, no fue posible borrar la huella musulmana que se marcó en la comarca del Valle del Almanzora.
 
La llegada de la época renacentista también tuvo importancia en la zona, pues se construyeron importantes monumentos religiosos. Luego entró el neoclasicismo que favoreció una transición hacia la revolución industrial en el siglo XX.

La comarca del Valle del Almanzora se ha caracterizado por la importancia que ejerció la industria minera como principal actividad económica. En la actualidad sus pobladores siguen aprovechando los procesos industriales que brindan los recursos naturales.
 
Cerezo en flor
 
Destacan, por ejemplo, la minería, la producción vitivinícola y oleícola, el cultivo de almendros y la ganadería, entre otros. A partir de su tradición industrial ha sido posible crear una identidad bastante particular, la cual se refleja en la historia, la cultura y los modos de vida de las diferentes localidades, que además gozan de un gran interés turístico.

Un punto de interés está en las actividades artesanales de la comarca, herencia de las diferentes civilizaciones mediterráneas que se han asentado. Desde la antigüedad, la explotación y elaboración de mármol ha progresado hasta ubicarse entre los mejores del mundo.

Con una notable variedad en la artesanía, el mármol de la comarca ha levantado importantes construcciones como el Monasterio de El Escorial en Madrid, la Mezquita de Córdoba y la Alhambra de Granada.

Adicionalmente, en algunos municipios de la región, se practica la cerámica, la alfarería y la artesanía de la madera desde hace varios siglos. Otro oficio tradicional lo constituye el trabajo con el esparto. Todas estas actividades han servido para producir una gran variedad de artículos que se pueden adquirir en toda la comarca.
 
Tíjola (Almería)
 
El Valle del Almanzora está repleto de un amplio crisol de vegetación, por lo que el verde domina los campos y crea unos paisajes espectaculares que enamoran a todo el que lo visita, gracias a todos los contrastes que ofrece. Los bosques, junto con el río, brindan una riqueza natural que ha facilitado la vida de los habitantes.

Los amantes del turismo de montaña consiguen en la comarca una oportunidad sin igual para adentrarse en la naturaleza y tener contactos con una flora diversa que no tiene comparación, gracias especies autóctonas que adornan el paisaje y perfuman el recorrido.
 
Además de las diversas especies animales protegidas que integran la fauna de la región, el Valle del Almanzora se caracteriza por servir como zona de paso para las aves migratorias.