Tiene aspecto de fortaleza y es el cortijo más grande de la comarca, además de haber sido utilizado como fábrica de piensos, elaborados con pescado y a raíz de la Guerra Civil, se usó temporalmente como hospital.
Se trata de una construcción de planta cuadrada con dos alturas, patio central, cubiertas planas y muros blanqueados, presenta una ordenada distribución, de grandes vanos (puertas, ventanales y balcones). Está jalonado por cuatro torres, rasgo del que se deriva su denominación.
Dada la notable envergadura de la edificación, además de una vivienda de porte residencial para los propietarios, alojaba viviendas para el servicio, cámaras y almacenes.
Data de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Al sur del recinto hay varias naves de construcción moderna.