Guillermo Langle Rubio fue un arquitecto español que dejó su marcada huella en la ciudad de Almería, constituyendo un respetado símbolo del transcurrir arquitectónico almeriense durante el siglo XX.
Nació en
Almería en 1895, hijo de de Concha Rubio y del prestigioso abogado, poeta y político republicano Plácido Langle Moya. Ellos y el ejemplo de sus hermanos le inculcan disciplina, espíritu y vigor para el trabajo.
Comienzos de Guillermo Langle Rubio
Asiste a la Escuela Superior de Arquitectura en Madrid y al graduarse regresa a su Almería natal a finales de 1923, de donde se ausentará pocas veces.
Se mantuvo siempre al tanto de la evolución de la arquitectura en el ámbito académico a través de la literatura especializada y al contacto con sus colegas y profesionales afines, pudiendo ofrecer respuestas viables y eficaces, desde la arquitectura, a las exigencias de cada coyuntura histórica concreta.
En 1925 es nombrado arquitecto municipal, cargo que desempeñó con acierto durante cuarenta años, alternando esta responsabilidad con su actividad privada. Dejó su sello en la fisonomía de la ciudad en los equipamientos públicos, edificaciones oficiales y privadas, así como en viviendas sociales, plazas y fuentes.
Aporte al desarrollo de la ciudad de Almería
Varios estilos o enfoques arquitectónicos distintos se pueden apreciar en la obra del arquitecto Guillermo Langle Rubio.
Su inclinación primera por el neobarroco y el historicismo grandilocuente, tal y como revelan las viviendas de las calles Regocijos y Aguilar de Campoo, la Plaza de las Flores o la Puerta de Purchena, entre otras obras.
Más adelante, adoptando las influencias de la época, se inclina por un racionalismo y una marcada funcionalidad de la obra, más que por su estética.
A partir de ese momento, a mediados de 1930, abandona el decorativismo y conjuga la practicidad y el hormigón armado en sus obras, tal y como encontramos en las edificaciones oficiales emprendidas, como el edificio que actualmente ocupa el Cuartel de la Policía y los conjuntos de viviendas para obreros.
También puede reconocerse dentro de este enfoque funcional de la arquitectura, la acertada propuesta de Guillermo Langle Rubio que impulsó de crear túneles en el subsuelo de la ciudad que sirvieran de refugio aéreo durante la Guerra Civil.
Se construyeron aproximadamente cinco kilómetros de túneles que brindaron protección de los 52 bombardeos por aire y mar que sufrió la población, recibiendo más de 750 bombas.
En los años posteriores a la guerra, desde su posición en la Ingeniería Municipal, Guillermo Langle Rubio propuso el cierre de las bocas de los túneles construyéndose funcionales kioscos marcadamente racionalistas.
Otra obra de máxima importancia porque atendía el grave problema del déficit de viviendas de la época, la constituye el proyecto arquitectónico que llevó delante de urbanizar la costa con la construcción entre 1940 y 1947 de 245 viviendas unifamiliares adosadas en hileras que denominó Ciudad Jardín.
No puede dejar de mencionarse el edificio construido entre 1952 y 1962 como Estación de Autobuses, claro ejemplo de funcionalidad y racionalidad, edificio considerado entre las principales obras de la arquitectura andaluza del movimiento moderno.
El excelso arquitecto Guillermo Langle Rubio se jubila en 1965. Viudo de Gloria Trujillo Rivas y casado con María Josefa Granados Bravo. Con 86 años de edad, fallece en su querida Almería en el año 1981.