Investigaciones recientes han revelado que Almería fue fundamental para el desarrollo del flamenco a mediados del siglo XIX; sin embargo, esta provincia no ha recibido, hasta ahora, el suficiente reconocimiento que al respecto merece.
A pesar de que escritores e historiadores reconocidos de todo el mundo llegaron a la provincia de Almería, atraídos por las manifestaciones culturales que para aquel tiempo estaban surgiendo, olvidaron por completo lo que los artistas almerienses estaban desarrollando y que, tiempo después, fue tomando auge en todo el mundo.
Pasión por toda España
El flamenco es un arte que conlleva canto, baile y toque, y data del siglo XVIII. Aunque muchos coinciden en que nace en la propia Andalucía, su origen aún no está claro.
Lo cierto es que la fiebre del flamenco en Almería cobra mayor fuerza tras la aparición de los llamados cafés cantantes, y ha sido tanta la pasión por este estilo que hoy en día es una manifestación cultural que prevalece en el gusto de la población.
En julio de 1966 se creó el primer Festival de Flamenco en Andalucía, el cual en 2016 cumplió sus bodas de oro, lo que fue celebrado a lo grande entre conciertos, charlas, visitas guiadas, cine, exposiciones y clases magistrales, actividades que por primera vez en su historia no se realizaron en el marco de la Feria de Almería.
En este evento participaron artistas de la talla de Rocío Segura, Tomás de María, Niño Josele, Montse Pérez, Eva La Yerbabuena, Arcángel y Farruquito, entre muchos otros, quienes decididos a mantener viva esta divina expresión dieron lo mejor de sí en cada una de sus actuaciones.
De acuerdo a investigaciones periodísticas, se puede inferir algunas razones históricas por las que Almería pudiera ser, por decirlo de alguna manera, la cuna del flamenco.
Una de ellas es precisamente la creación de los cafés cantantes entre 1820 y 1920, donde los artistas realizaban los cantes y bailes. Fueron ellos mismos los que transmitieron la pasión por el flamenco en toda España.
Otros se lo atribuyen a los trabajadores de la “uva de embarque”, una variedad de uva, de piel dura y muy resistente, que supuso un antes y un después en la economía almeriense cuando los barcos no disponían de grandes motores para realizar largas travesías. Esta uva era capaz de resistir largas travesías por mar sin perder su frescor, por que fue muy demandada por ingleses, alemanes y americanos en aquellos tiempos. Los trabajadores del campo en Almería, mientras trabajaban, iban cantando sus famosos fandangos.
Estilos de flamenco
1.- El Fandango.
De acuerdo con los datos históricos, data del siglo XVIII en Andalucía. Es una especie de danza cantada. Se materializa en el siglo XIX y, a medida que se va expandiendo, va tomando diversas variantes.
En Almería surgieron diversos tipos como el Fandango de Cuevas, el Fandango de Níjar, el Fandango de Laujar y el Fandango de la comarca de Los Vélez, entre otros.
2.- La Taranta.
Se trata de un palo del flamenco originario de la provincia de Almería. Es una especie de fandango que tomó forma gracias a la interpretación que dieron trabajadores de las minas. Mientras trabajaban iban cantando, como una forma de aliviar el sufrimiento que dejaba cada dura jornada laboral.
La diferencia entre el fandango y la taranta es que la segunda dejó de ser tan rítmica, pero sí más profunda.
Artistas de la época, es decir, entre 1820 y 1860, tras escuchar a los hombres cantar tomaron algunas piezas y les dieron varias formas. Pedro El Morato y Juan Martín "El Cabogatero" fueron algunos de los intérpretes más célebres de la taranta.
3.- El Taranto.
El taranto es un palo del flamenco también originario de la provincia de Almería. Desciende de la taranta y, se dice, que el término fue acuñado por la bailaora Carmen Amaya y el guitarrista Sabicas en el año 1940.
Los primeros en grabar tarantos fueron Manuel Torre y el Cojo de Málaga, pero entonces no se conocía así, generalizándose su nombre cuando el cantaor Fosforito reivindicó el taranto en el año 1956, en pleno Concurso Nacional de Flamenco de Córdoba.
4.- Las Peteneras.
No se sabe a ciencia cierta cuál es su procedencia. Unos dicen que viene de Paterna del Río, en Almería, y otros de Paterna de Rivera, en Cádiz.
Sin embargo, cobra fuerza la hipótesis de que este estilo se desarrolló en Cuba después de que cantantantes de Almería emigraran a la isla caribeña.
Para 1880 era un cante en pleno auge en Sevilla; no obstante, mucho antes ya se interpretaba este estilo en Almería.