La comarca de Levante Almeriense es la más oriental de la provincia de Almería y se encuentra compuesta por 13 municipios: Vera, Turre, Sorbas, Pulpí, Mojácar, Lubrín, Los Gallardos, Huércal-Overa, Garrucha, Cuevas del Almanzora, Carboneras, Bédar y Antas.
Esta comarca atrae un gran interés turístico dada la diversidad que ofrece su geografía y a las bondades que regala su excelente clima, lo que ha convertido a sus pueblos costeros en auténticos centros turísticos de primera calidad.
Existen evidencias claras de la presencia de pueblos paleolíticos en la zona. Después surgieron las comunidades del neolítico donde se cultivaron conocimientos en las áreas de la agricultura y la ganadería. Posteriormente, con la llegada de la Edad de los Metales, se desarrollaron y perfeccionaron técnicas que permitieron aprovechar al máximo los minerales presentes en la zona.
La transformación paisajística empezó a consolidarse con la llegada de los fenicios, los púnicos y los romanos. Esta comarca almeriense terminó de adquirir su configuración con el paso de los musulmanes y finalmente trás la reconquista cristiana.
De estos primitivos vestigios humanos quedaron como evidencias varios yacimientos arqueológicos, entre los que destaca el yacimiento de El Argar, ubicado en Antas, cuyo estudio ha sido fundamental para conocer la prehistoria en la península Ibérica y el nacimiento de la cultura más importante de la Edad de Bronce en Europa, la Argárica, cultura que se ha podido estudiar gracias al excelente estado de conservación de estos restos arqueológicos.
Los pueblos más desarrollados del Mediterráneo Oriental fueron atraídos por la riqueza mineral de la zona, convirtiéndose la costa del Levante Almeriense en la protagonista de la actividad comercial durante la dominación fenicia y cartaginesa. El aumento de la población ocasionó un mayor desarrollo de la ganadería y la agricultura, permitiendo además el nacimiento de la industria de los salazones, la cerámica y hasta de astilleros para la fabricación de naves marítimas.
Durante parte de la dominación romana se mantuvieron estas actividades, las cuales decayeron durante la crisis del siglo III, la cual provocó que los habitantes del Levante Almeriense volvieran más a lo rural desplazándose hacia el interior, abandonando la actividad minera y dejando despoblada la costa, principalmente por el miedo a los piratas bizantinos.
En el siglo VIII se inicia una nueva etapa para el Levante Almeriense con la llegada de la colonización musulmana, mientras, paralelamente, se llevaba a cabo una guerra entre los pueblos norteafricanos con los cristianos que imponían su dominio hacia el norte. Todo este tenso clima mantuvo deshabitada la costa, mientras que los musulmanes se ubicaron hacia el interior en superficies altas donde edificaron sus construcciones.
El Levante Almeriense ha recibido a distintas civilizaciones propagando sus respectivas culturas, es por ello que muchos lo consideran como una verdadera zona museo, ya que cada rincón ofrece una historia de incalculable valor.
La ubicación estratégica de su litoral lo han hecho escenario de innumerables batallas e invasiones, todas ellas con la finalidad de adquirir el control territorial. Sobre su tierra se han edificado fuertes, castillos, torres y torretas, así como toda clase de construcciones defensivas; bajo su tierra se han encontrado innumerables yacimientos arqueológicos que nos dan una idea de que cómo era la vida en el pasado.
El paisaje se conforma de una exótica belleza semiárida que se mezcla con las huellas dejadas por las civilizaciones que algún día dominaron la zona, dando como resultado un lugar mágico en el que la historia habla por si sola.