A la diversidad cultural, geográfica y gastronómica del Poniente Almeriense, se le suma el poseer la mayor superficie de invernaderos del mundo, concretamente en el Campo de Dalías, conocido como “El mar de plástico”.
Se trata de una región en la cual se lleva a cabo una agricultura intensiva que permite un alto rendimiento técnico y económico, llegando a impulsar el desarrollo un sistema empresarial que genera empleos y un gran valor añadido bruto (VAB).
Los principales productos de este tipo de agricultura en el Poniente Almeriense son: pepino, sandía, berenjena, calabacín, melocotón, pimientos y tomates. En cuanto a este último, en los invernaderos almerienses se cultiva el exquisito tomate Raf, una variedad de tomate que se caracteriza por su particular sabor y textura, así como por su gran adaptación a las aguas salinas.
El primer invernadero en el Poniente Almeriense se construyó en el año 1963, como parte de una investigación llevada a cabo por el Instituto Nacional de Colonización, con el fin de comparar los cultivos llevados a cabo al aire libre con cultivos bajo abrigo de plástico.
Los resultados fueron asombrosos tanto en el rendimiento productivo como en los precios obtenidos. Los tomates, pimientos y pepinos de aquél primer cultivo en invernadero fueron mayores en cantidad, además de que se pudieron vender a mayores precios que los cultivados al aire libre.
Aquél primer invernadero contaba con tan solo 100 metros cuadrados, mientras que hoy en día la superficie de invernaderos en Almería supera las 40.000 hectáreas, convirtiéndose en un auténtico “Mar de plástico” el cual, conjuntamente con la gran Muralla China, son las dos obras realizadas por el hombre que pueden verse desde el espacio exterior.
El uso de las plástico intensifica los rayos del sol y a la vez mantiene la humedad, lo cual favorece los cultivos permitiendo recoger las cosechas en menos tiempo que en campo abierto, por lo cual se pueden obtener más cosechas al año que las que se consiguen en cultivos al aire libre.
El invernadero es una estructura que protege el cultivo el cual, combinado con el buen clima de Almería (3.000 horas de sol al año), permite cosechas sanas y abundantes que no sufren las consecuencias negativas de los vientos y el frío.
Este modelo productivo permite el ahorro del agua, recurso natural renovable que cada vez es más escaso en el mundo. No en vano este tipo de agricultura está a la vanguardia en el uso eficiente de los recursos hídricos, consumiendo la mitad del agua que consume el resto de la agricultura en España, pese a que es la zona productora de frutas y hortalizas más importante del mundo.
Adicionalmente su sostenibilidad ambiental destaca por el ahorro energético y por la menor generación de residuos, mejorando el comportamiento ambiental, siendo los cultivos bajo invernadero en Almería pioneros en la utilización de control biológico de plagas, valiéndose para ello de depredares naturales como hongos y bacterias.
Antes del inicio del proyecto de agricultura en invernaderos, el sureste español era una de las zonas más deprimidas desde el punto de vista económico y social, ya que sus habitantes tenían que emigrar para poder sobrevivir, lo cual cambió radicalmente con la llegada de la agricultura intensiva.
La agricultura en invernadero se ha convertido en un tipo de agricultura familiar que evoluciona en formación de empresas Cooperativas Agrícolas. Esto permite que exista un mayor reparto de riqueza, convirtiéndose en el sistema agrícola más redistributivo de España.
Este sistema es fuente de empleos directos e indirectos, destacando que es beneficioso para las personas en riesgos de exclusión (mayores de 45 años y mano de obra no calificada) quienes pueden desempeñarse perfectamente en el sector de cultivo de frutas y hortalizas.
Merece la pena que los consumidores de todas partes del mundo conozcan las ventajas en rendimiento, y sobre todo con respecto al medio ambiente, que ofrece este tipo de agricultura intensiva, destacando que en el caso de Almería al utilizarse la técnica de blanqueado de los invernaderos se ha logrado diminuir la temperatura en la región por reflexión de los rayos solares, fenómeno conocido como “Efecto Albedo”.