Se trata de una fortificación construida por los musulmanes con fecha desconocida. Podría datarse de la primera mitad del siglo XIII, dada su similitud a castillos como el de Aspe (Alicante) o los Cuájares (Granada).
Su función durante los tiempos del rey de Granada Abd-alá era el de asentamiento militar, concesión territorial y recaudación de impuestos. Esta construcción se podría clasificar como "castillo roquero" por ser pequeño, apropiado para la vigilancia y re-ocupado en diversas ocasiones.
Se sitúa en un cerro amesetado inclinado al sur con amplio dominio visual sobre las tres pueblos más próximos (Beires, Almócita y Padules).
Actualmente se encuentra en estado ruinoso. Solo quedan los restos de lo que en su tiempo fue un castillo. Fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía en el año 1993.
Son muchas las leyendas en torno a este monumento. Por ejemplo se dice que hay un tesoro dentro de la montaña fruto de los impuestos que se recaudaban y que está lleno de pasadizos secretos que lo comunican con el pie del monte... pero sólo se trata de leyendas, la verdad quedó enterrada hace muchos años.