Se trata de una pequeña iglesia mudéjar, originalmente de la primera mitad del siglo XVI pero reconstruida, como es habitual, a finales de siglo tras la destrucción de la rebelión morisca de 1568.
La armadura de la capilla mayor fue rehecha de una manera burda ante su ruina a finales del siglo XIX, posiblemente por los efectos de un terremoto sobre la torre y la cabecera a principios de siglo, lo que motivó el cambio de orientación del templo, cegándose la primitiva portada de los pies a poniente, y abriéndose la nueva entrada con arco de medio punto en la antigua cabecera.