Sus yacimientos ferrosos fueron los más importantes y productivos de la provincia de Almería durante más de medio siglo.
Fue construido progresivamente, sin una ordenación urbanística definida, albergando edificaciones de gran calidad arquitectónica, entre las que destacan la Ermita de Santa Bárbara, el hospital, las oficinas, el pabellón de obreros, los talleres y varias casas de directivos y técnicos.
Tras el cierre de las minas en el año 1968 se abandonó completamente, siendo recuperado en los últimos años como centro turístico con centro de visitantes, centro de interpretación geominero, un camping, un apartahotel y un parque forestal con árboles y arbustos autóctonos, que permiten conocer tanto la historia minera de la zona, como las características ambientales de la Sierra de Los Filabres.