Justo en la entrada del pueblo, se encuentra la Ermita de San Antonio, una construcción que mantiene el estilo de la arquitectura propia de los antiguos morabitos islámicos.
Dentro de la ermita se encuentran tres imágenes del Santo Patrono.
La más pequeña es una imagen que originalmente se encontraba dentro de la iglesia, pero que fue resguardada de la quema durante la Guerra Civil.
La segunda imagen es una de tamaño grande, que también se encontraba originalmente en la iglesia pero que sufrió quemaduras en su parte posterior, cuando accidentalmente unas velas cayeron sobre ella. Posteriormente, con ayuda de los habitantes, fue restaurada.
La tercera imagen pertenece a la iglesia, pero su estadía es compartida con la ermita, pues es la imagen usada en las procesiones de las fiestas típicas del pueblo, donde sale de la iglesia para ser llevada a la ermita.